Quiero contarles y compartir mi experiencia y vivencia como mamá de un estudiante de Intercambio. En un comienzo cuando Bauti planteó la idea del intercambio, nos pareció algo irreal, tal vez algo imposible. A pesar de ello, Bauti continuó trabajando y gestionando para llegar a lograr su objetivo.
Con el correr del tiempo ya se acercaba la fecha y se iba haciendo más real su partida, en consecuencia, comenzamos a sentirlo más de cerca. Pasó el tiempo y llegó el momento de su partida. Lo acompañamos y disfrutamos cada preparativo junto a él. Hoy se encuentra en un lugar maravilloso, Suiza
Nos comenta que está feliz, se adapta a cada circunstancia o experiencia que se le va presentando. La familia que lo ha recibido es amorosa, los compañeros lo ayudan y se han convertido en mediadores de la comunicación y del aprendizaje. Es más, me comentó: “mamá esta es la escuela que siempre soñé…”
Como experiencia puedo decirles que ha superado ampliamente mis expectativas. Con respecto a mis miedos, incertidumbres, puedo decirles que se disipan a medida de lo que él me expresa y me cuenta.
Solo puedo transmitir y agradecer que exista el Programa de Intercambio que ofrece Rotary, el cual le permite a nuestros jóvenes vivir una experiencia única, donde se les permite ser parte de otra cultura, desarrollar nuevas habilidades y lo más importante, contribuir a su crecimiento personal.
Escrito por: Valeria, mamá de Bauti
(Outbound 24/25, Suiza-Liechtenstein D.5600 )
Editado por: Rotex D.4851