Me llamo Maria Paz y tengo 17 años. Hace unos meses tuve la increíble oportunidad de realizar un intercambio en Canadá con Rotary, específicamente en Thornbury, Ontario. Fue una experiencia que cambió mi vida para siempre.
Lo primero que me emocionó fue aprender a esquiar. Al principio, estaba un poco nerviosa, pero con práctica, fui mejorando. Durante los fines de semana, con mi segunda familia anfitriona esquiábamos en Beaver Valley, un club de esquí privado. Sumado a eso, lo más impresionante fue cuando viajé a Whistler, British Columbia. Esquiar en esas montañas fue increíble, las vistas eran impresionantes y las pistas parecían no terminar nunca. Nunca pensé que podría estar en uno de los mejores destinos de esquí del mundo.
Además del esquí, tuve la suerte de ser parte de un programa escolar llamado Pursuits. Este programa se enfocaba en el liderazgo y la vida en la naturaleza. A lo largo del año, hicimos varios viajes en los que nos alejábamos de las aulas y nos conectábamos con la naturaleza de una manera única. Uno de los viajes más memorables fue una expedición en canoa durante 11 días. Remamos por horas, acampamos bajo las estrellas y aprendimos a trabajar en equipo de una manera que nunca había experimentado antes. También hicimos hiking por senderos increíbles, donde escalar montañas se convirtió en una metáfora de la vida y la importancia de nunca rendirse.
El programa Pursuits no solo me ayudó a mejorar mis habilidades al aire libre, sino que también me enseñó a ser una mejor líder y a valorar la belleza y la tranquilidad de la naturaleza canadiense. Las noches alrededor de la fogata con mis compañeros, compartiendo historias y risas, son recuerdos que llevaré conmigo para siempre.
Gracias a Rotary, a este hermoso Comité de Intercambio y a esta experiencia donde conocí a personas increíbles y aprendí lecciones de vida que jamás olvidaré. ¡Fue un año inolvidable!
Escrito por: Maria Paz
(Outbound 23/24, Canadá D.6330)
Editado por: Rotex D.4851