Soy Jeremy y soy de los Estados Unidos. Hace 7 años decidí tomar clases de español. Siempre he tenido ganas de aprender un idioma, pero no sabía la forma de aprender uno. Después de 5 años le pregunté a mi profe cuál sería la mejor forma de aprender un idioma. Me dio algunos tips y mencionó una idea, hacer un intercambio. Me puse a investigar cómo hacer uno y con la ayuda de otra intercambista, me encontré con Rotary. En ese momento no lo sabía, pero Rotary me iba a cambiar la vida.
Después de unas entrevistas, tantas noches quedándome despierto preocupándome por lo que iba a pasar, me llegó un mensaje de un número argentino. No sabia que hacer, aunque no podemos usar el celular en clase lo saque y leí el mensaje. Decía “hey buddy”, me reí porque eso no es una introducción que yo usaría, pero sabía que estaba tratando de comunicarse en inglés, que no es fácil. Era un mensaje de mi primer host hermano, se llama Mateo, al principio solo hablamos en inglés, porque él lo estaba aprendiendo y a mí me daba vergüenza hablar en español, algo que iba a aprender es olvidar la vergüenza. Muchas veces durante mi intercambio me equivoqué, por ejemplo una vez que dije “claxon” en vez de decir “bocina”, o cuando estábamos bailando y bailaba con si tuviera las piernas congeladas. Mi intercambio me enseñó a olvidar la vergüenza y hacer lo que me hace bien y feliz.
Con todo fui mejorando poco a poco, el acento cordobés y las palabras distintas que usamos en Argentina las empezaba a aprender. Aunque tenía 6 años de español, no fue suficiente. Me quedé varias veces escuchando mientras las familias me hablaban y no sabía cómo responder o directamente no les entendía. Me acuerdo de los primeros días que me enseñaron un juego, Truco, que para mi fue difícil al principio pero ya se que es necesario aprender. Es un juego de pura cultura argentina. Todos los señores y los chicos en el curso sabían cómo jugarlo y cuando nos juntábamos a comer hacíamos algunas rondas, y a veces me ganaban y a veces les ganaba. Siempre les sorprendió cuando el gringo sabía truco, más cuando ganaba.
Durante el año cambié, me hice más y más argentino. Poco tiempo después ya estaba tomando mate (amargo como debe ser), usando “azo” para describir las cosas, diciendo el coso. Muchas personas me dijeron que estaba re argentinizado. Trate mucho de imitar el acento argentino, y trate de no ser “el” gringo, sino ser un argentino más. Pero tenía que enseñarles a ellos algunas cosas estadounidense, como por ejemplo coca con helado (es rico), fútbol americano aunque no me gusta tanto, fui a unas clases de ingles, y cuando pude, di mi opinión sobre lo que estábamos hablando.
Todos tenemos una forma de pensar que capaz creemos es la correcta pero no siempre es así. Hacer mi intercambio me abrió la mente a como piensa la gente del otro lado del mundo. En mi caso me ayudó mucho comprender que no hay sola una forma correcta de hacer las cosas. Por ejemplo, la manera que hacemos matemática en Argentina es un toque distinto como lo hacemos en EEUU, pero lo importante es que todos llegamos al mismo resultado. Ahora soy una mezcla de los dos lados, el estadounidense y el argentino. No soy yo sin los dos lados. Ahora uso Celsius en EEUU y el reloj de 24 horas. Me rió de memes en español y mis amigos acá no los pueden entender. Hablo español con un acento mezclado entre el gringo y el cordobés. Me olvido de dar un beso para saludar en Argentina. Todavía me gusta la leche con medialunas. Y gracias a las diferencias viene una vida mejor. Aprendí mucho de las diferencias que tenemos y con ese aprendizaje voy a mejorar en todo.
Gracias a todos los amigos, consejeros, madres, padres, hermanos, tíos, médicos, madrinas, dueños del gym, hasta los pilotos y todos los demás, por darme una oportunidad única en mi vida, nunca sabrán cuánto han influido en mí. Para ustedes capaz soy alguien que vieron por mucho tiempo o solo por 5 minutos. Pero si leen esto, sabrán que les quiero mucho de verdad.
Escrito por: Jeremy
(Inbound 2024)
Editado por: Rotex 4851